Este proyecto está dedicado a mis procesos y terapias internas que cada día me llevan a cuestionarme, y a crear una vida más simple, consciente, y presente.
A las montañas y la naturaleza, que en cada uno de mis viajes me enseñaron a amar y respetar a la madre tierra.
Pero sobre todo, este proyecto va dedicado a cada uno de los animalitos que formaron parte de mi infancia, adolescencia y adultez. De ellos aprendí la paciencia, la constancia, el cuidado, pero sobre todas las cosas, la ternura y el amor incondicional.
A ustedes, por ser los mejores amigos que un ser humanos puede tener.
Camote, Procer, Ópera, Phoebe y sus 12 cachorros, Mota, Roberta, y Zapallo.